Segundo gran título de Mamoru Hosoda y he de decir que una de mis películas de animación favoritas, hoy toca hablar de Summer Wars. La cinta nos introduce en un mundo moderno, donde todos los servicios están conectados a la nube, y las consecuencias que podría tener si esta fuese hackeada. Fue un planteamiento novedoso en el 2009, que además supo combinar la animación 2D y 3D a la perfección.
El protagonista de la historia es un chico de instituto, sin demasiadas amistades ni ambiciones, que termina yendo a la celebración del cumpleaños de la abuela de la chica de la que está enamorado. En contraste, la familia de ella es enorme, con sus rencillas e influencias, y como elemento externo, Kenji tendrá que aprender a tratar con ellos mientras intentan solucionar una crisis mundial.
La manera de mostrarnos las relaciones entre los familiares, es algo que influenciará al resto de obras de Hosoda, buscando una cercanía y claridad que ayuda al espectador a ponerse en el lugar de los personajes e incluso sacar similitudes con su vida. Sin embargo, esta no es la característica principal de la obra que quiero señalar, es la solidaridad, la pasión con la que refleja que al final, cuando las cosas se complican, siempre podemos contar con la familia, sin importar lo que haya sucedido.
Summer Wars es un tributo a la humanidad como sociedad comunitaria. Por eso os la recomiendo, no solo a los adultos sino también a los más pequeños. A partir de los 7 años es una película que se puede disfrutar en familia, y con la que reflexionar sobre lo realmente importante en esta vida, la felicidad.
Tampoco puedo dejar de comentar el futuro ya no tan utópico que se presenta en la película. Con la presencia tecnológica en las vidas de los personajes casi tanto como en la actualidad, la película nos ofrece una visión sencilla de entender y al mismo tiempo peligrosa, de lo que podría suceder si esta tecnología fallase. Como profesora de tecnología me encanta el diseño del mundo virtual que encontramos en Summer Wars y su premisa “apocalíptica” como punto de partida para reflexionar sobre el uso que hacemos de los dispositivos y nuestras acciones en la red.
Con todo esto en mente y sin entrar en más detalles, para no hacer spoilers, os vuelvo a invitar a disfrutar de esta película con palomitas. (Y si sois de lágrima fácil también un par de pañuelos)
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