Mayormente conocido por cuentos como Matilda y Charlie y la fábrica de chocolate, Roald Dahl es un autor de obras infantiles que nos ha traído grandes y pequeños clásicos de la literatura, con los que iniciar a la lectura en casa a cualquiera. No solo en español, sino que también podemos encontrar en sus cuentos una buena práctica inicial si decidimos leerlos en inglés. Aunque aún no hemos entrado a hablar de ellos, no puedo dejar de recomendaros esto último, ya que la narrativa del autor en este idioma es bastante particular y no todas las ediciones traducidas lo respetan.
En la mayoría de las obras de Roald Dahl vamos a encontrar a niños como protagonistas, que deberán hacer frente a las más inverosímiles situaciones. Desde viajar en un melocotón hasta sobrevivir al colegio, los mundos mágicos que crea el autor son una fuente de creatividad infinita. En todos sus relatos se invita a que el lector deje volar su imaginación, desdibujando la línea entre lo real y lo ficticio. Es por ello que hay una gran cantidad de ediciones de sus cuentos ilustrados por diferentes autores, ya que cada uno puede darle su propia interpretación.
Además, otra cosa que tienen en común todas las historias es su principal mensaje: no dejes nunca de perseguir tus sueños. A pesar de las situaciones difíciles, duras y complicadas en las que los protagonistas se ven inmersos, en ocasiones hasta terroríficas, siempre mantienen su afán por continuar luchando por aquello en lo que creen o consideran correcto. De una manera positiva y que llega a parecer hasta natural, los protagonistas van a mantenerse fieles a si mismos. Esto también nos presenta otra características de los cuentos de Roald Dahl, la lucha de opiniones entre los personajes, sus diferentes valores y cómo no es necesario que haya «buenos» y «malos» en una historia para que se genere un conflicto. Es complicado encontrar un relato del autor con una familia al uso, pero en casi todos, los personajes se relacionan entendiendo que debe existir algún tipo de amor para encontrar la felicidad y tratan de alcanzarlo. El mensaje que Roald Dahl nos deja con sus historias está siempre centrado en ensalzar los buenos valores y momentos de la vida.
Sin entrar en detalles concretos sobre cada una de las obras, creo que todas ellas deberían ser lectura obligatoria a partir de los 10 años, y para disfrutarse incluso un tiempo después.
Es muy improbable. Pero – y aquí viene el gran «pero» – no es imposible.
Roald Dahl
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