Hace ya más de una década que juego a Minecraft, y gracias a mi trabajo he tenido la oportunidad de investigar muchas iniciativas educativas llevadas a cabo con el videojuego: mi favorita, Autcraft.
Autcraft es un servidor de Minecraft, con más de 12 años de actividad y 18000 usuarios, destinado exclusivamente a personas con autismo y sus familias. El proyecto nace en el seno de una familia con un padre autista de un hijo autista, que ya en sus inicios vio en Minecraft un espacio seguro donde su hijo se podía relacionar con otros. Sin embargo, la realidad de la mayoría de los servidores de videojuegos online, incluso a día de hoy, es que son espacios sin ley, donde cada cual hace lo que quiere sin pensar en las consecuencias o en el daño que puede ocasionar a los demás. Para personas dentro del espectro autista estos comportamientos les generan muchos problemas, y por eso Autcraft es un servidor exclusivo en el que se supervisa el comportamiento de todos sus jugadores.
Desde la disciplina positiva y un sistema de gamificación que premia el buen comportamiento, sin penalizar las actitudes negativas, Stuart Duncan ha conseguido crear un mundo online donde los niños autistas pueden hacer frente a su vida e incluso mejorarla gracias a la comunidad del videojuego. Es inspirador escuchar los testimonios que se pueden encontrar en internet sobre el «servidor más seguro del mundo» y cómo ha cambiado la vida de tantas personas. Mientras los medios de comunicación siguen etiquetando los videojuegos como la principal causa del aumento de violencia en los jóvenes, Autcraft es el ejemplo de que internet puede ser un lugar mejor. Con unas políticas adecuadas de admisión y permanencia, cualquier comunidad online podría salvar vidas, pero ¿qué implicaciones tendría para las compañías de estos videojuegos, su base de jugadores o sus sistemas de recompensas? Seguramente implementar cajas de pago no sería tan fácil, las cuentas de bullyings y groomings no podrían campar a sus anchas… El negocio de los videojuegos online tendría que cambiar radicalmente.
Minecraft es uno de los pocos videojuegos online que da el poder completo a sus usuarios de generar servidores con sus propias normas, haciendo posibles y viables estas iniciativas. También son el primer paso para cambiar, para visibilizar el problema desde las soluciones constructivas y demandar el cambio social que estas plataformas necesitan para ser un entorno seguro para todos sus jugadores.
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