Aunque ya hemos hablado de El lugar que nos prometimos, para mí esta película es en la que realmente empezamos a ver la trayectoria de Makoto Shinkai como director de animación. La historia, los paisajes, la banda sonora, se empiezan a entrelazar en esta historia de amor, para ir mejorando con cada una de sus cintas posteriores.

En Cinco centímetros por segundo, nos encontramos con tres historias de amor: dos de adolescentes, contadas desde la perspectiva del chico y la chica, y otra del amor adulto, mezclada con otras emociones más complejas. La película se detiene mucho en los pensamientos de sus protagonistas, reflejándose siempre en los paisajes y la banda sonora instrumental de la película. Sin haber ningún componente fantástico, nos presenta las emociones de los implicados en la relación y cómo las hacen frente. Es un buen punto de partida para reflexionar sobre el autoconocimiento y las aspiraciones personales en los diferentes momentos de nuestra vida.

El aprendizaje que queramos sacar de la película va a depender en gran medida de nuestras experiencias vitales y lo que empaticemos con los personajes. Aunque no es una película larga, su ritmo lento hace que la recomiende a partir de los 12 años, porque antes creo que resultará muy aburrida. Incluso para esta edad puede hacerse pesada. Si os decidís a darle una oportunidad, y en preparación para las próximas películas del autor, es obligatorio ver los créditos, con los que no solo daremos cierre a la historia, sino que también escucharemos la canción principal de la película. Esta seña de identidad del autor se repite en casi todas sus obras, a las que podemos asociar una canción concreta.