Me da miedo compartiros mis reflexiones sobre este relato, porque si leéis entre líneas veréis que el tema que trata me resulta tremendamente sensible. Quizá por eso necesitaba sacar este «sueño» de mi mente, para que no se siguiese repitiendo y acabase transformado en pesadilla. Espero que algo os remueva por dentro, como a mí al escribirlo, pero que continuéis viendo la felicidad en las pequeñas cosas de la cotidianidad después.
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